Iglesia El RetiroDeprecated: Automatic conversion of false to array is deprecated in /home/baut37445/domains/bautistaelretiro.cl/public_html/wp-content/plugins/kiwi-social-share/includes/frontend/social-buttons/class-kiwi-social-share-social-button.php on line 122
La Biblia frecuentemente se refiere a los creyentes como ovejas. Consideremos algunos hechos concernientes a las ovejas, y pensemos cómo se pueden aplicar a cada uno de nosotros.
1. Virtualmente las ovejas no tienen defensas. Casi toda la creación animal de Dios cuenta con alguna clase de mecanismo efectivo de defensa, ya sean garras o dientes, color especial, o velocidad especial, fuerza o sentidos agudos. Pero las ovejas no tienen nada de esos. Son débiles, lentas, y torpes. Ni aún pueden gruñir. La única protección viene de su pastor. Y lo mismo es cierto del cristiano.
2. Las ovejas tienen dificultad en encontrar pasto y agua. Tienen que depender totalmente de su pastor para sostenimiento. Si no lo consiguen, comen hierbas venenosas y mueren. Nosotros, igualmente, dependemos del Señor que sostiene.
3. Las ovejas se asustan fácilmente. Y el susto las puede llevar a actos que ponen en peligro su vida. Así que su pastor trata de mantenerlas en calma, cantando y simplemente estando con ellas. Nosotros podemos tener la misma clase de relación protectora con nuestro Pastor.
4. Las ovejas tienen mal sentido de dirección. Se extravía fácilmente, aún en su propio territorio. Los creyentes pueden actuar de manera similar. Simplemente no podemos ser nuestro propio guía, nos metemos en problemas cada vez que lo hacemos. Necesitamos confiar en nuestro Pastor y atender a su voz implícitamente.
5. Las ovejas no pueden asearse muy bien. Es el pastor quien las mantiene limpias. Nosotros también por naturaleza estamos sucios. Solamente nuestro Pastor nos puede limpiar.
“El Dios que da la paz levantó de entre los muertos al gran Pastor de las ovejas, a nuestro Señor Jesús, por la sangre del pacto eterno. Que Él los capacite en todo lo
bueno para hacer su voluntad. Y que, por medio de Jesucristo, Dios cumpla en nosotros lo que le agrada. A Él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén”,
Hebreos 13:20-21
